Los países constituidos no arrancan de cero ante cada cambio de gobierno. Existe una continuidad histórica, cultural, institucional, económica y social. La Argentina no escapa a esta verdad.
Sin embargo, la sociedad argentina es tan cambiante y errante que es difícil de entender porque repitió los mismos errores por décadas cuando los resultados eran contrarios a sus necesidades e intereses: más pobreza, más inseguridad, más corrupción. Vocación suicida o afición
sentimental con aspiraciones de mejoras que nunca se concretan.
Se conoce cuál es la situación actual. Una cruda realidad a la que se llega luego de tropiezos y
permanentes frustraciones. Una clase política, dirigente, empresarial y de opinión que no ha
sabido comportarse ni influir suficientemente para provocar cambios y modificar actitudes.
Esto en todos los ámbitos de la sociedad. Repetir los mismos errores es la mejor prueba de
los resultados alcanzados.
Un electorado dividido mayoritariamente por mitades o por tercios cambiante, fluctuante,
variable según las necesidades presentes o como según se pueda definir precisamente “como
les va en la feria”. Así, es difícil modificar la realidad que avasalla y que permanentemente
recurre al corto plazo para encontrar líderes providenciales o ideas salvadoras para un grupo
social sin que justificadamente cambien las condiciones para establecer una mejora con continuidad.
Sin aumento del PBI no hay posibilidad de mejorar la distribución de los ingresos de la
población. Con llantos y cantos de sirena no alcanza. Con promesas menos. Con motosierra y
culpas ajenas tampoco. Hay que enderezar la nave para ponerla en rumbo de aprovechar todos los vientos para llegar a una costa favorable. Los apuros con marchas y contramarchas no
son beneficiosos. Hay que integrar al conjunto para que las soluciones sean duraderas. No puede haber discriminaciones per se sin mejoras para todos.
Por su organización republicana y federal la Argentina tiene tres poderes que simultáneamente hablan del pasado (P.Judicial), del presente (P.Ejecutivo) y del futuro (P.Legislativo). Los
dos últimos tienen renovación periódica mediante elecciones. Pero sus particularidades son
distintivas. El legislativo con dos cámaras conforman al electorado provincial en su conglomerado. Así todos los habitantes del país tienen su representación. El Poder Ejecutivo se elige con
distrito único y se vota en una fórmula con elección de primera o segunda vuelta en caso de no
alcanzar determinado porcentaje de votos. Presidente y Vicepresidente son dos cargos necesarios y complementarios, no pueden ser antagónicos. En el pasado el unipersonalismo ha
llevado a ningunear a la institución Vicepresidente y en la mayoría de los casos obligar a su desplazamiento u ocultamiento. No debería ser así. Mientras el Presidente tiene a su cargo y
responsabilidad el manejo de la administración con sus ministros, secretarios y demás agentes
públicos (una realidad que puede fabricar un cierto grado de uniformidad) que se deben a él,
el Vicepresidente es elegido igualmente (en la fórmula) por la voluntad popular pero ejerce
bajo otros supuestos como presidente de la Cámara de Senadores (variable en su composición
del padrón electoral y de ambiciones sectoriales y provinciales). Se ajusta a otros patrones más
selectivos y errátiles con intereses confluyentes que responden a una complejidad más heterogénea.
Como reemplazo obligado del Presidente no puede soslayar los problemas y políticas de Estado que influyen en la sociedad. El vicepresidente debe estar preparado para ejercer el cargo
superior según lo prevé la Constitución con el conocimiento necesario para continuar la marcha del gobierno sin una disrupción conflictiva. No es bueno ahondar en conflictos entre ambos cargos porque no beneficia al orden institucional y tampoco a la seguridad jurídica que se
necesita en los actos de gobierno.
La democracia no es sinónimo de votos. No termina en el acto eleccionario. Es una permanente construcción. Es involucrarse y mantener ideales. Los actos hacen a la democracia.
Más que decir hay que ver lo que se hace. Incluye a ciudadanos y gobierno.
“Las mentes fuertes discuten ideas, las mentes promedio discuten eventos, las mentes débiles
discuten sobre personas” (Sócrates). Los medios, diarios y noticias de la Argentina permanentemente se vinculan a personas. Los analistas, comentaristas u opinologos hablan de tal o cual
sujeto sin ahondar en las ideas que se promueven. Intereses o supervivencia van de la misma
mano.
Los industriales y comerciantes se quejan por la baja de sus ventas. También por los impuestos excesivos. La falta de crédito (subvencionado). Del valor de la divisa. De la contracción del mercado interno y de la posible invasión de productos del exterior en franca competencia con la producción local que por varias razones no está en condiciones de competir.
Reiteración de necesidades, urgentes reclamos y mismos argumentos. Poco cambio.
El sector agropecuario cae en las mismas contradicciones y agrega similares argumentos a sus
pedidos (¿por qué pedir y no exigir?): precios internacionales a la baja, valor de la divisa subvaluada, insumos caros en dólares, costos crecientes, impuestos y tasas a niveles impagables,
DEX (derechos de exportación, mal llamados retenciones), quita importante de la renta agrícola, sequía generalizada, chicharrita y más.
Entendemos que el sector agrario argentino es parte de la sociedad no es la sociedad en sí
misma. Las cadenas agropecuarias tienen intereses diversos y a veces contrapuestos. El PB
agropecuario y sus exportaciones no son tan significativos en el mundo y comercio actual.
Cada año es más insignificante. El país dejó de ser confiable para los compradores de productos del agro. La producción agropecuaria nunca fue una ‘minería’ pero la reposición de
nutrientes llegó a un nivel que limita una producción rentable.
Se habla mucho del conjunto de la actividad, de sus cadenas, logros, insumos, tecnología, etc.,
pero no queda claro que también existen los productores individuales que son los que realizan
la actividad en sus distintas dimensiones y geografía. Tratar a los productores como “sujetos”
es parte de la afabilidad cultural en que está impregnada la sociedad argentina (vendemos,
compramos, producimos, nosotros, tenemos, etc.).
En la Composición del Producto Interno Bruto (PIB) de Argentina 2023 queda visualizada la
complejidad de la estructura social del país. El sector servicios representó en 52,79% del PIB.
El sector industrial el 25%. El sector agrícola 6%. El gasto público del gobierno nacional, entre
2009 y 2022 representa el 24,4% del PIB. El consumo privado para el 2023 representa el
11,1%. Las exportaciones el 23,9% de PIB. Para un total de unos 500.000 millones de dólares
es muy poco para el potencial y riquezas por desarrollar que tiene el país. Macroeconomía de
un país desarrollado para un país que fue y que hace tiempo está derrapando al subdesarrollo.
Las exportaciones argentinas en 2023 fueron de 66.788 millones de dólares, lo que representa
una caída del 24,5% respecto al año anterior. Esta disminución se debió a una caída del 16,4%
en las cantidades y del 9,7% en los precios.
La sequía afectó los envíos de productos primarios y de manufacturas de origen agropecuario,
lo que contribuyó a la caída en las exportaciones (-35,8% respecto al 2022) debido a la sequía y
a los precios internacionales. En particular, los complejos triguero (-70%), soja (-44%), maicero
(-33%) y girasol fueron los que más disminuyeron. Las exportaciones de carnes y cueros bovinos cayeron un 17% en valor. Pese a ello las cadenas agroindustriales representaron más de la
mitad de las exportaciones argentinas. La participación en el total exportado fue la más baja
en más de una década. De un cercano 70% de las exportaciones en 2021, la agroindustria generó el 55% de las exportaciones argentinas en 2023, producto de la generalizada sequía.
En cuanto al origen provincial de las exportaciones, la región Patagonia fue la que más aumentó, con un incremento de 1,2% respecto al año anterior. Por otro lado, las regiones Pampeana,
Noreste (NEA), Noroeste (NOA) y Cuyo tuvieron caídas en sus exportaciones.
Entre los servicios, la mayor parte de las exportaciones argentinas se concentraron en cuatro
categorías: viajes, servicios empresariales, de telecomunicaciones, informática e información, y
de transporte.
Las gráficas muestran los porcentajes de participación en la exportación de las diferentes
cadenas agroindustriales. Para el año 2023 de los 12 principales complejos exportadores, 9
fueron del sector agropecuario.
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El campo argentino aportó en los últimos 20 años (cuando se reestablecieron) a través de los
DEX más de 200 mil millones de dólares al fisco que no fueron devueltos en infraestructura,
servicios u obras necesarias para el desarrollo de la producción ahí mismo donde se produce y
genera la riqueza. Se utilizó para pagar una administración pública desproporcionada en sus
tres niveles, nacional, provincial y municipal, en subsidiar empresas deficitarias de gestión
pública y privada o para provecho de determinados grupos que adhirieron a los gobiernos de
turno para realizar actividades que deberían estar en un marco de franca competencia.
Fácil es dilapidar la riqueza producida por otros. La burocracia a medida que gana terreno
asfixia a la clase trabajadora y a los emprendedores. Hacer la plancha es el camino más fácil
para que nada cambie.
La amnesia es la pérdida total o parcial de la memoria. La amnesia selectiva es una injuria a
la verdad y al reconocimiento de la realidad. Da camino al relato y a la autosuficiencia. Mentiras o medias verdades y posiciones interesadas para una parte, en contraposición del conjunto
de la sociedad no contribuyen a la armonía de las relaciones. La negación de la realidad es
una forma de confirmación.
CABA 16 ENERO 2025
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